- Usborne desde dentro
Por qué escribí el libro El abecé de las familias
Felicity Brooks, autora de ‘El abecé de las familias’, nos cuenta por qué es importante mostrar a familias con distintas estructuras y tamaños.
El verano pasado, mientras limpiaba mi antigua casa familiar, me fui encontrando con viejos libros, fotos descoloridas, cartas, postales, documentos y todo tipo de recuerdos acumulados a lo largo de los años, y me di cuenta de lo poco que me habían contado a mí sobre familias cuando era niña.
Era una época en la que había más “secretos familiares”. El divorcio todavía estaba estigmatizado; los niños adoptados o en acogida tenían que adaptarse como fuera en la escuela sin poder hablar de sus sentimientos y experiencias; los padres solteros, de minorías étnicas, no casados o las parejas del mismo sexo eran vistos como algo extraordinario (si es que se les veía) y rara vez o nunca salían representados en los libros infantiles.
Afortunadamente, las cosas han cambiado. La mayor aceptación en la actualidad de realidades familiares diversas, junto con los cambios legislativos que se han producido, es en mi opinión un gran motivo de celebración.
Actualmente, en el Reino Unido, existen 14 millones de familias con hijos y, si se mantiene la tendencia actual, casi la mitad de los niños que nacen hoy verán cómo sus familias se rompen y se reconfiguran de alguna manera antes de cumplir los 15 años.
El tío abuelo Clive lee El abecé de las familias con su sobrina nieta Lauryn
En base a esto, y siendo yo misma madre soltera, me propuse escribir un libro que no solo representara, sino que celebrara, los diferentes tipos de familias que existen y existirán. Familias monoparentales, intergeneracionales, mosaico, adoptivas, de acogida, mixtas; familias formadas por personas o parejas que cohabitan, que están casadas, divorciadas, separadas, viudas o se han vuelto a casar; familias con parejas heterosexuales, homosexuales, plurilingües; familias políticas, con hermanastros, padrastros, madrastras, padres, madres, abuelos, niños con necesidades especiales... ¡La lista es interminable!
Otro tema que para mí es muy importante y quería abordar es la necesidad de que los niños en edad preescolar aprendan sobre las similitudes y diferencias que existen entre ellos y entre las distintas familias, comunidades y culturas.
En el libro, este aspecto lo trato de varias formas: cuando hablo de la comida familiar, el idioma, las celebraciones, las fiestas, los sentimientos o los hogares. Las maravillosas ilustraciones de Mar Ferrero retratan a la perfección la rica variedad de la vida familiar en las diferentes culturas y las cosas que las distintas familias hacen juntas.
El libro también analiza cómo las familias cambian y evolucionan, por ejemplo, cuando nace un nuevo bebé, cuando los padres se separan, si conocen a una nueva pareja, o cuando se produce una muerte en la familia.
Illustrado por Mar Ferrero
Los jóvenes lectores descubrirán cómo los miembros de las familias cuidan unos de otros y se apoyan mutuamente ante los cambios y desafíos, así como en los altibajos del día a día. El libro incluye preguntas y actividades que incitan a los niños a pensar, dibujar, escribir y hablar sobre sus propias familias y las de los demás.
Recuerdo que algo que a mí me confundía cuando era joven era que los parientes tuvieran nombres tan diferentes. (En mi caso, prácticamente todas las mujeres adultas que conocía eran “tías”, pertenecieran o no a mi familia, así que no es de extrañar que me confundieran tantos nombres).
Por eso quise incluir en el libro un árbol genealógico, para que los niños puedan averiguar los nombres de los parientes y qué parentesco tiene. También añadí al final del libro una lista con la terminología de las familias que explica qué significan todas esas palabras, algunas de ellas algo extrañas, como “familia política” o “hermanastro” o simples términos de parentesco como “tía”, “primo” o“sobrino”.
En definitiva, el tema central del libro es que cada familia, sea cual sea su forma y tamaño, es única, y que todas ellas son normales. Lo importante es celebrar el amor y el calor de la vida familiar, con todos sus retos y con sus altibajos.