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Redescubrimos a las chicas valientes e ingeniosas de los relatos clásicos

Los cuentos de hadas avivan nuestra imaginación, afectan nuestra comprensión del mundo y nuestras expectativas. Un cuento que se te queda grabado puede hacerte ver el mundo de una manera totalmente distinta.
Llama la atención que en casi todos los cuentos de hadas más famosos, tales como Cenicienta, Blancanieves y los siete enanitos o La bella durmiente, haya protagonistas que esperan ser salvadas por príncipes azules a caballo. Esto no siempre ha sido así, pero por algún motivo los cuentos sobre chicas valientes e ingeniosas han quedado relegados y han sido remplazados por relatos de príncipes encantadores. En Usborne, hemos querido remediar la situación.
¿Por qué han caído en el olvido?
Durante miles de años, los cuentos de hadas se han transmitido oralmente de generación en generación, traspasando fronteras y adaptándose a la época y los lugares donde vivían quienes los contaban. Llegado el siglo XVII, en Europa se empezaron a poner por escrito esos relatos y a ser recopilados en colecciones, de manera que los cuentos pasaron a tener una forma más permanente, haciendo que también los ideales del momento quedaran así plasmados. Por ejemplo en Francia, entre las clases altas, se pusieron de moda los recitales de cuentos con un toque ingenioso y desenfadado para entretener a los adultos.
Muchas de estas historias no sólo fueron escritas por mujeres, como Madame d’Aulnoy, Madame de Villeneuve o la condesa du Murat, entre otras, sino que además solían girar en torno a heroínas valientes que trataban de escapar de las convenciones sociales. Sin embargo, hoy en día casi nadie conoce a esas mujeres, ni las antologías que publicaron. La que se hizo famosa fue la de Charles Perrault, un escritor de la misma época. Su libro Cuentos de mamá ganso contiene versiones de relatos que todo el mundo conoce: La bella durmiente, Caperucita roja, El gato con botas y Cenicienta.
Lesley Sims, editora de Cuentos olvidados de chicas valientes e ingeniosas
No se sabe exactamente por qué el escritor masculino prevaleció sobre las autoras femeninas. Probablemente fuera porque las mujeres tendían a escribir relatos más largos y con un estilo más elaborado que gustaba menos, mientras que Perrault, que escribía para sus hijos, usaba un estilo más simple y accesible. Lo que está claro es que, en general, las protagonistas de Perrault no son valientes, sino débiles e indefensas.
Dos siglos más tarde, los hermanos Grimm, Hans Christian Andersen y Andrew y Nora Lang, entre otros, publicaron sus compilaciones. En sus relatos había héroes y heroínas, pero, al igual que ocurrió con los cuentos de las escritoras de dos siglos atrás, las heroínas fuertes e independientes acabaron desapareciendo. Quizás los lectores del siglo XIX prefiriesen los cuentos que reflejaban un mundo dominado por los hombres. Sea cual sea el motivo, cuentos como Cenicienta y Blancanieves y los siete enanitos ganaron popularidad y acabaron eclipsando a los demás. Solo había sitio para una princesa en la torre, y Verdezuela se impuso a La princesa de las ortigas, como un rascacielos sobre una casita de plastilina. Las chicas valientes e ingeniosas cayeron así en el olvido.
La selección de los relatos
Todos los relatos que hemos compilado para nuestra antología son cuentos que ya existían y están protagonizados por chicas audaces y decididas que corren aventuras, rescatan a príncipes, luchan contra gigantes y escalan montañas imponentes.
Para llevar a cabo la selección, nuestros escritores pasaron semanas estudiando viejas colecciones polvorientas, buscando distintas versiones de cada relato. Rosie Dickins nos cuenta que “Para adaptar un relato, es importante contar con varias fuentes, de manera que en comparación con la forma original de la historia puedas ver lo que otros autores le han añadido o han eliminado”.
Andy Price, el autor de 'El príncipe durmiente', relata:
“Tuve la suerte de encontrar y adaptar una versión española del siglo XIX que contenía muchísimos detalles interesantes. La versión francesa, que era más conocida, se había retocado y había perdido un poco de encanto...”
En su versión de 'El príncipe durmiente', basada en El rey durmiente en su lecho, Andy concede a la princesa (que salva a un príncipe encantado) el don de contar historias maravillosas.
Hizo lo mismo que había hecho siempre: hilar historias para pasar el tiempo (...) Se imaginó que juntos emprendían un arduo y largo viaje...
Zanna Davidson, que escribió 'Blancanieves y Rojaflor', comenta:
“Es un cuento que recuerdo de mi infancia y siempre me ha parecido injusto que sea menos conocido que los clásicos. Una cosa que me encanta de este relato es que son las dos chicas las que salvan al príncipe. Cuando exploré las colecciones de Andrew Lang y los hermanos Grimm para buscar otras versiones, me maravilló descubrir otros muchos cuentos poco conocidos sobre mujeres que se las apañan muy bien solas.
Otra cosa que me fascinó de mi trabajo de investigación fue descubrir que la mujer de Andrew Lang, Nora, tuvo un papel clave en la edición, la traducción y la adaptación de buena parte de los relatos de los Libros de las hadas. Igual que las protagonistas de nuestros cuentos, Nora parece haber caído también en el olvido, por eso nos hemos asegurado de incluir su nombre en nuestra colección”.
La versión de Zanna de 'Blancanieves y Rojaflor' se basa en el relato El duende desagradecido de la escritora Caroline Stahl y en la adaptación del mismo realizada por los hermanos Grimm.
Rojaflor dio un salto y lo agarró por un pie. Blancanieves tomó el otro y, por unos instantes, los tres colgaron por los aires.
Relatos para nuestra época
Nuestra decisión de rescatar estos cuentos olvidados pone de manifiesto el cambio de actitud hacia las mujeres y la importancia de sus historias. El hecho de que estos relatos desaparecidos, al menos de la cultura popular, vuelvan a publicarse es una clara señal de que la percepción de las mujeres y su papel en la sociedad ha cambiado.
Esperamos que nuestra antología sirva de inspiración a una nueva generación y la anime a ser tan valiente e ingeniosa como las heroínas de los cuentos.